Mientras en muchos juegos nos leemos (o nos explican) las reglas y ya nos ponemos a jugar, los juegos de cartas son distintos, especialmente nuestros queridos Arkham Horror LCG y El señor de los anillos LCG. Les dedicamos mucho tiempo antes de sentarnos delante de nuestra mesa y ponernos a mezclar cartas.
Si miráis la descripción de este blog veréis fácilmente que mis tres juegos favoritos son el Arkham Horror LCG, El señor de los anillos LCG y Heroclix. Si bien en Heroclix he sido más constante en el tiempo, apoyado en parte por una comunidad pequeña pero con mucho recorrido (nos conocemos todos y llevamos muchos años jugando a esto), en el caso de El señor de los anillos fue distinto. Empecé a comprar el juego desde su inicio y nadie más de mi entorno cercano se lo compró, por eso mis primeros pasos fueron en el modo solitario. Como creo firmemente que los juegos se disfrutan más en compañía, intenté quedar con algunos conocidos con experiencia en juegos para poder probar algunas partidas. Al ser un LCG las cartas no deberían ser un problema, yo tenía todas las cartas que habían salido y podía crear varios mazos para jugar con ellos.
La experiencia no pudo ser más frustrante. Por no conocer los mazos que jugaban, ni las reglas, ni las mecánicas del juego, teníamos que estar interrumpiendo el juego para indicar si algo estaba mal, o que no se podía hacer, o que deberían hacer esto en tal momento. El resultado era que ni yo disfrutaba ni disfrutaban ellos, reforzando la idea del efecto líder que ejercía sobre ellos y frustrándome cada vez más. Así, durante mucho tiempo dejé de lado El señor de los anillos LCG. Me limitaba a comprarlo, pero sólo para desempaquetar las cartas y meterlas directamente en el archivador.
Por suerte, hace poco más de un año y medio algo me hizo volver la mirada de nuevo hacia este gran juego, sacarle el polvo a las cartas y volver a jugar, pero esta vez sin repetir los errores del pasado, gracias a darme cuenta de que estos tres juegos son muy distintos a otros juegos de mesa, por ser juegos coleccionables.
Hace relativamente poco he jugado varias partidas a distintos juegos como el Pulsar 2849, el Zombicide o el Imperial Assault. En ninguna de ellas he tenido que prepararme nada. Me he sentado, me han explicado las reglas y directamente me he puesto a jugar. Como mucho, he podido elegir el color de mis marcadores y poco más. En ninguno de estos casos el resultado de la partida ha dependido de esta elección. Ganar o perder no ha dependido de si he elegido a un personaje u otro, o si mi marcador era el verde o el amarillo. Y luego no he tenido que hacer nada una vez acabada la partida.
Tanto en Heroclix como en Arkham Horror LCG o El señor de los anillos LCG no es así. Antes de empezar a jugar hay una fase de “no-juego” en la que debes planificar tu equipo/mazo, la estrategia que vas a seguir, las situaciones en las que te vas a encontrar durante la partida y como resolverlas, etc. Además el resultado de tu partida depende definitivamente de lo que has hecho en esa fase anterior.
Mi error fue infravalorar esa fase de preparación pensando que la experiencia de la partida podría ser idónea con un jugador que no hubiera tenido que pasar por esa misma fase previa. No es que la experiencia fuese mala, sencillamente no fue tan buena como esperaba.
Creo que últimamente las personas a quienes nos gusta jugar hemos aprendido a juntarnos con otros jugones como nosotros, dando ya por perdida la dura tarea de “viciar” a nuestros amigos cercanos. En nuestro caso es necesario dar un paso más, ya que requiere estar dispuesto a invertir bastante tiempo en esa fase de preparación. En los juegos competitivos como pueden ser Magic, Juego de tronos LCG o Heroclix, he visto más disposición a preparar la partida. Suele ser habitual que estos jugadores se preparen su mazo o equipo para barrer al rival. Pero en un juego colaborativo esta disposición no suele ser habitual.
Por suerte he podido encontrar un pequeño grupo con el que disfruto tanto del Arkham Horror LCG como de El señor de los anillos LCG , y creo que se debe a que también dedican este tiempo imprescindible a lo que hay antes y después de la partida. En estos casos no solamente he aumentado mi satisfacción en el juego enormemente, sino que los aspectos negativos que veía en el juego han desaparecido. En nuestras partidas hablar de efecto líder es ridículo, ya que mis colegas conocen el juego tanto o más que yo, conocen a la perfección sus mazos (ya que el mazo lo han creado ellos y no yo) y las mecánicas de sus personajes, y con ellos aprendo muchísimo sobre cartas, personajes y construcción.
Al final todo ello repercute en mi forma de volver al juego en solitario, retroalimentando esos dos modos de jugar. Jugar en multijugador me anima jugar en solitario y al revés. Pero para poder llegar a este punto es imprescindible que tanto mis compañeros de aventuras como yo mismo tengamos claro lo que hay antes y después de la partida.
Espero que os haya gustado este post un poco distinto a los habituales. Como siempre, todos los comentarios son bienvenidos.
Gran artículo comentando tu "historia" en los juegos. Se hace algo corto y me deja muchas preguntas que te iré haciendo...
ResponderEliminarGracias otra vez por dejar entrar en tu cabeza :)
El problema que tuve al escribirlo era no hacerlo demasiado largo. Pero bueno, estaré encantado de responder a tus preguntas, pero mejor con una cerveza delante.
EliminarBuen artīculo compañero. Creo que a todos nos pasa y lo bueno de los cooperativos es que te brinda la posibilidad de probar mazos antes de juntarte con un grupo de juego y así poder explotar la partida al 100%.
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios. Mi idea era plasmar la diferencia con otros juegos en los que te sientas y te pones a jugar. En los LCG si no te preparas el mazo, el resultado suele no ser muy bueno.
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